27 Nov Cómo ser un abogado eficiente y no fallar en el intento…
Ha pasado mucho tiempo desde que al primer Abogado se le consideró como tal, al principio de los tiempos el advocatus (el que es llamado) era la persona que requería tener dotes de carácter, ilustración, probidad moral y grandes dotes de oratoria. Atenas, la docta ciudad griega fue la primera formadora de Abogados y Pericles a decir de Guillermo Cabanellas, el primer Abogado profesional. Desde la aparición de los abogados a la fecha, el perfil del profesional en Derecho ha cambiado no solo por las múltiples transformaciones que ha tenido la civilización sino que inclusive el Abogado potencializa su accionar a través de diferentes funciones que hoy, la sociedad y el mercado le asigna como nuevos roles.
Sin embargo no sólo la Abogacía como actividad al servicio de la sociedad, viene transformándose sino que el propio Derecho no es indemne a todos los cambios económicos, tecnológicos, culturales, políticos y de otra índole, que se han dado a lo largo de la historia de la humanidad y que actualmente se dan más vertiginosamente. En el ámbito económico vivimos en un sistema de economía de mercado, por lo tanto las relaciones para la adquisición y transferencia de bienes y/o servicios se sitúan bajo la premisa de este sistema económico, con el concurso de competidores y consumidores, donde el Estado tiene un papel regulador, antes que interventor; se tiene además un proceso de globalización de la economía cada vez mas progresiva, donde los factores de producción tradicionales van siendo relegados por el conocimiento, la competitividad, la calidad y las mega tendencias. En el campo tecnológico la informática y el desarrollo de los medios de comunicación cambian la rutina diaria de las personas, los hábitos hogareños, las empresas, industrias e instituciones por la creación de la necesidad del uso de estos medios. En el área cultural hoy tenemos mucha mayor información de la que contaban nuestros antecesores, debido no solo a la masiva producción intelectual sino a la facilidad con que hoy podemos conseguir conocimiento especializado a través de las grandes bases de datos existentes y cada vez mas crecientes. A nivel político estamos asistiendo a la caída de ideologías totalitarias y extremistas dando paso a la democracia como la aspiración política de las sociedades de nuestros tiempos. Ante estos y muchos otros cambios, el Derecho y el papel del operador del Derecho – llámese Abogado – cambia, encontrándose con una realidad en la que tiene que desenvolverse y desarrollar. Podemos decir que el papel del Abogado ha evolucionado con relación al rol que la sociedad de nuestros tiempos le asigna.
Hoy en día el profesional en derecho tiene que adecuarse a nuestros tiempos, por lo que deberá tener un adecuado perfil. En primer lugar siempre se ha requerido, como hoy, que el Abogado tenga valores personales positivos, es decir un adecuado comportamiento ético, en segundo lugar se debe poseer un sólida formación profesional y un amplio bagaje cultural, citamos al siempre vigente Mario Alzamora Valdez que señala “que el Abogado debe reunir la más amplia cultura general con la mas profunda cultura especializada o profesional”. También podemos requerir a José León Barandiarán que señala que “el trabajo, la eficiencia y la diligencia son cualidades del abogado”. Pero estas aptitudes y cualidades no son las únicas que hoy se requieren para el ejercicio eficiente de la profesión sino también se deberá contar con otros instrumentos tanto en el campo jurídico y otras herramientas técnico conceptuales que se encuentran en otras disciplinas del saber humano.
Guillermo Cabanellas en el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual señala que Abogado es ”el que con título universitario legítimo y la habilitación profesional precisa ejerce la Abogacía”. El diccionario de la Lengua Española señala que el Abogado es la persona legalmente autorizada para defender en juicio, por escrito o de palabra los derechos o intereses de los litigantes y también para dar dictamen sobre las cuestiones o puntos legales que le consultan”. De esta manera solo entendíamos que el jurista en su radio de acción se dedicaba a la defensa del patrimonio, el honor, la libertad y hasta la vida de las personas.
Ahora bien, de las conceptualizaciones dadas, expresamos que estas ya quedan cortas y resultan siendo anacrónicas, considerando que únicamente toman en cuenta el papel de la defensa o del litigio como la actividad medular de la profesión del Abogado, sin embargo debemos tomar conciencia de que al borde del siglo XXI el egresado de la carrera profesional de Derecho y el ya titulado, puede desempeñarse entre otras en las siguientes actividades:
POTENCIALIDADES PROFESIONALES DEL ABOGADO
a.-) Litigio, patrocinio y defensa forense en estrados judiciales, administrativos y arbitrales.
b.-) Asesoramiento, gestión y representación Empresarial e Institucional.
c.-) Investigación académica y/o científica en las diferentes ramas del Derecho especializado.
d.-) Ejercicio de la Docencia en Universidades y otros centros de formación de contenidos jurídicos.
e.-) Carrera en la Magistratura, considerándose ésta en el Poder Judicial y en el Ministerio Público.
f.-) Carrera en la Administración pública; como funcionarios públicos en cargos directrices y en las oficinas y direcciones de la administración pública en nivel ministerial, en organismos públicos descentralizados, en Consejos Transitorios de Administración regional y en gobiernos locales.
g.-) Gestión, dirección y organización de Organismos No Gubernamentales (ONGs)
h.-) Carrera Diplomática
i.-) Asimilación a instituciones castrenses – fuero militar
j.-) Ejercicio de la actividad periodística en medios de comunicación
k.-) Ejercicio del notariado
l.-) Liderazgo Político para llegar a cargos de la misma índole:
m.-) Consultor en organismos técnicos de cooperación nacional e internacional.
n.-) Gestor, representante y apoderado de asociaciones de defensa de derechos especiales, etc.
RETOS A SUPERAR
El camino hacia el éxito profesional de un Abogado no es del todo llano, ya que tendrá que batallar con algunos factores en contra o retos que el Abogado deberá superar:
Deficiencias y desniveles educativos: Por diversos factores, muchas universidades no entran en un nivel competitivo, utilizan esquemas y currículos que no tienen consistencia con las necesidades de un profesional actual. En la realidad los desniveles educativos no debieran ser notorios entre universidades privadas y públicas; y estas últimas deben entrar también en competencia académica, profesional y científica. No basta decir que una Universidad tiene muchos años o que tiene ganado un prestigio. Este se logra día a día a través de la solvencia académica de los egresados. Las universidades deben lograr captar cuadros docentes idóneos, así mismo deberán preocuparse por tener y mantener buenos estudiantes en sus claustros, así mismo es necesario contar con adecuada infraestructura, que incluye un fondo bibliográfico y editorial, como también la organización de eventos y el intercambio académico.
Velocidad de cambio de las instituciones jurídicas: Pese a los importantes avances y reformas legislativas, debido a los cambios que se han dado a todo nivel (económicos – políticos – sociales) y la correlación entre mercado y derecho en nuestro país, muchos Abogados todavía no se han puesto al corriente de estos cambios. Por otro lado la estructura del sistema jurídico todavía posee algunas instituciones anacrónicas, haciendo que el operador del derecho tenga que utilizar el Derecho que colisiona con la realidad. Debemos ser conscientes de que el Derecho hoy es más cambiante que hace décadas. Los cambios sociales en algunos casos son más rápidos con relación a la velocidad de la producción legislativa.
Masificación de la profesión: No se realiza de manera eficientemente en el campo personal y en claustros universitarios, el análisis entre la oferta versus la demanda de servicios profesionales de un Abogado. Algún jurista señalaba que no forman Abogados sino que hoy se los “fabrica”. Esta situación en algunos casos trae como consecuencia el desempleo y el subempleo de los mismos.
Conformismo académico y profesional: Muchos profesionales se conforman con los conceptos académicos brindados por la Universidad, en otros casos el trabajo, la rutina, el tedio hace que la actividad de un operador del Derecho se vuelva automática, no comunicativa, irreflexiva y poco creativa, en muchos casos estos factores conducen a la desactualización y a la desconexión no solo con la realidad jurídica contemporánea sino con la propia actividad que desarrolla.
Masificación de las Asesorías, y consultorios jurídicos gratuitos: El conocimiento de las instituciones jurídicas y las soluciones a los hechos generadores de conflictos judiciales están más al alcance de los potenciales patrocinados a través de los medios de comunicación y de la existencia de consultorios jurídicos gratuitos, haciendo que hoy se busque clientes y no que los clientes lo busquen a uno.
Direccionamiento de los concursos: Todas las organizaciones buscan ser eficientes y competitivas por lo que deben tener en su staff de trabajo cuadros profesionales idóneos, incorporando a nuevos profesionales teniendo en cuenta para ello su procedencia universitaria, su experiencia, la edad, su especialización y otros factores competitivos como el conocimiento en informática, idiomas y postgrados. El mercado es exigente con el hombre de Derecho.
Información tardía de conocimientos jurídicos: Muchos conocimientos jurídicos por la reciente promulgación de normas y por el debate de determinados proyectos de ley, son conocidos primero en la localidad emisora de las mismas, en nuestro caso se da en Lima, dejando a las provincias el conocimiento a posteriori. Esta situación también se refleja por que el sistema de información legal y jurisprudencial a pesar de que ya se cuentan con meritorios esfuerzos públicos y privados por su sistematización, actualización, especialización y difusión aún no llegan al grueso de operadores del Derecho en tiempo real y oportuno.
Individualismo y desconfianza: El Abogado tradicional, desconfía del trabajo de sus colegas, siendo esta conducta impropia si uno de los objetivos y formas de lograr la eficacia profesional se da a través del trabajo en equipo, asociado o corporativizado.
Carencia de medios económicos: Un factor limitativo en algunos casos resulta la carencia de medios económicos. Sin embargo solamente el esfuerzo, la dedicación, la perseverancia por ser productivo y eficiente hará que se logren los recursos y con ello la adquisición de bienes y conocimientos útiles para el desarrollo de la profesión. Son muchos ejemplos de profesionales que han empezado literalmente de “O” y hoy tienen determinada solvencia. Los recursos se consiguen con tiempo y a través con medios morales y lícitos.
COMO UN ABOGADO PUEDE SER EFICIENTE Y COMPETITIVO
Sin ser un decálogo del abogado eficiente, el Abogado puede seguir el siguiente derrotero:
A NIVEL SUBJETIVO:
El nivel de valores deontológicos de un Abogado será siempre importante para su desarrollo, cualidades personales son imprescindibles para su ejercicio: la moral, la ética, la honradez, la sinceridad, la inteligencia, el carácter, la presencia personal, la etiqueta, la cortesía., la prudencia, la pericia, la disciplina, son algunos de los valores que necesariamente se debe tener. Importa mucho también que el Abogado tenga vocación de servicio, proyección social, comprensión del ser humano y ciertas dotes de sacrificio. Hay que recordar siempre que, no basta con serlo también hay que parecerlo.
A NIVEL JURIDICO:
– Sólida formación y rendimiento académico: Hace mas de diez años, no importaba mucho para lograr una plaza de trabajo, el rendimiento académico en la vida universitaria – bastaba con el título – y otras consideraciones, luego eran mejor considerados los estudiantes del tercio superior del salón, luego los del quintil superior. Hoy se toman en cuentan los primeros lugares para el ingreso a las practicas, a realizar el programa Secigra-Derecho, para el trabajo o para ser incorporados en los estudios jurídicos que han alcanzado un nombre. Para ingresar a un postgrado o maestría que tenga un prestigio ganado se requiere notas promedio de 13, 14, 15 o más en toda la vida universitaria. Si no se alcanzan estas metas, simplemente el estudiante o profesional en Derecho queda rezagado. No vale aquí la ley del mínimo esfuerzo o la mínima nota aprobatoria.
– Especialización: El Derecho sufre al igual que todas las demás ciencias del saber humano grandes transformaciones, mutaciones y actualizaciones cada vez mas frecuentes, por la multiplicación de los acontecimientos y los contenidos económicos, sociales y culturales, así como la propia lógica del mercado profesional establece que hay que dedicarse exclusivamente a una actividad. Ya no existe el concepto de que un Abogado que quiera ser eficiente en términos profesionales se dedique a muchas áreas del Derecho. El potencial usuario o patrocinado desconfía de los Abogados que tienen grandes carteles en diferentes áreas del Derecho. Por otro lado si partimos de la tradicional clasificación de las Áreas del Derecho – entre Derecho Público y Derecho Privado, lo lógico después de salir de las aulas universitarias era volcarse a las áreas mas conocidas como el Derecho Penal, Civil, Administrativo, Comercial o Laboral y sus correspondientes derechos procesales. Hoy en día y en perspectiva a futuro podemos especializarnos en las contemporáneas y prometedoras áreas como: el Derecho Tributario, Aeronáutico, Marítimo, de Familia, Constitucional, Aduanero, Minero, Turístico, Empresarial, Marcario, Concursal, Pesquero, Ambiental, Financiero, de Seguros, del Consumidor, de la Competencia, de Comercio Exterior, Especializado en el Mercado de Valores, Especializado en Servicios Públicos, en Hidrocarburos, en Derechos humanos, etc.
– Asistencia a certámenes Académicos: De acuerdo a la especialización, la vocación y las posibilidades tanto económicas como físicas se debe asistir a certámenes jurídicos, académicos y/o científicos, además de ser selectivo en cuanto a la importancia de los eventos, el contenido temático, los expositores y la trascendencia del mismo, hay que recordar que no todo el contenido teórico-práctico nos los da la Universidad, hay que encontrar estos conocimientos fuera de ella.
– Información jurídica: El Abogado de hoy requiere contar con permanente y actualizada información legislativa, doctrinaria y jurisprudencial, así como información cultural, a través de una biblioteca actualizada. También puede obtener información que puede ser conseguida, intercambiada o transmitida a través de los bancos de datos jurídicos existentes (Internet y Cd-Roms), además de poseer un correo electrónico personal, será necesario suscribirse a listas de interés de los centros proveedores de información de relevancia jurídica a nivel nacional e internacional. Dentro de estas posibilidades se encuentra la recepción de teleconferencias y participación en foros virtuales (chats). El conseguir información también resulta valioso para lograr becas académicas y/o profesionales.
– Formación en mecanismos alternativos de solución de conflictos: Tradicionalmente los Abogados eran formados para el litigio y el posicionamiento extremo de los intereses de los patrocinados, sin embargo hoy, herramientas como la negociación, la conciliación, la mediación, el arbitraje no solamente potencializan a futuro el desempeño del jurista, sino que permite tener una visión más amplia de una fenomenología jurídica y la procura de la solución de conflictos con resultados menos onerosos para los interesados (Relación costo-beneficio), que es lo que más les interesa.
– Redacción de artículos, textos y ponencias: Es meritorio que el Abogado se preocupe por incrementar los conocimientos de su especialidad. El profundizar en los temas a nivel doctrinario, a nivel práctico y el tener un espíritu constructivo respecto del Derecho a través de artículos, textos y ponencias no solamente lo va a dar a conocer en el foro sino va a incrementar su potencialidad profesional. También existen hoy en día bases de datos que acumulan textos jurídicos en las llamadas autopistas de la información para que cualquier lector los conozca a través de su producción intelectual.
– Práctica y Trabajo de Expectativa: En la Revisión de los curriculums vitae de los postulantes a concursos de plazas para Abogados, cuenta el lugar donde se practicó, donde se realizó el Secigra y la experiencia laboral. Existen muchas organizaciones que son la vitrina profesional existente y que son líderes en su desempeño, por lo que será importante realizar las citadas actividades y trabajos en lugares expectantes.
A NIVEL EXTRA-JURÍDICO
– Informática – Ofimática.- Todos vamos conociendo las ventajas del uso de computadoras en todas las actividades humanas. Hoy vemos la utilidad de que todo estudiante tenga conocimientos de informática para el desarrollo de monografías y trabajos de investigación. La necesidad de tener y aprehender estos conocimientos se acrecienta por la facilidad para el procesamiento y almacenamiento de la información. Ofimática es aquella incorporación de tecnología informática a las oficinas, en este caso a la de los Abogados, que han de contar no solamente con computadoras con software debidamente licenciado con programas aplicativos para la labor jurídica, programas de gestión documentaría, contable y bibliográfica, sino además deberá contarse con línea telefónica, fax, acceso a internet, correo electrónico y otros implementos que se requieran. Para un Abogado recién egresado el comenzar con la implementación de un estudio jurídico puede ser oneroso, pero si se trabaja en equipo el gasto se diluye, optimizándose recursos.
Todas estas herramientas son necesarias y tienen relación con la logística integral de un despacho forense que incluye el mobiliario, el espacio físico a utilizarse, la decoración, etc.
– Administración y Gerencia: Para incrementar las potencialidades de ejercicio profesional y para ocupar cargos públicos, políticos o a nivel de la magistratura será idóneo conocer algunos conceptos sobre gestión de recursos humanos, materiales, de conocimiento, y de tiempo, así será necesario conocer los fundamentos de la planificación estratégica y algunas herramientas de la administración moderna, todo con el propósito de cumplir un adecuado rendimiento profesional y el cumplimiento de objetivos institucionales.
– Estrategia de Llegada al Cliente.- El Abogado que trabaja solo tiende a conocer pocos casos, a tener pocos clientes y a ser menos conocido en la potencial cartera de clientes. Hoy se requiere mucho del trabajo en equipo y por especialidad, inclusive para el soporte de gastos operativos y la imagen corporativa de un estudio jurídico implementado tanto logística como jurídicamente, además deberá incorporarse estrategias de mercado (marketing y publicidad de servicios jurídicos) y captación de clientes para lo cual será necesario ofrecer los servicios digna y eficazmente.
Idiomas.- Será necesario el conocimiento de idiomas, especialmente del Inglés para el patrocinio de personas naturales o jurídicas extranjeras, así como para la realización de cursos o postgrados en el exterior. Los concursos para profesionales del Derecho en entidades públicas y privadas, ponderan el conocimiento de idiomas a la hora de la evaluación final del postulante.
– Análisis del Entorno Económico del Abogado: El abogado individualmente o corporativamente debe orientar sus servicios profesionales dependiendo la demanda de solución de conflictos, también debe conocer las ventajas comparativas y competitivas del lugar de su actividad forense, desde un punto de vista jurídico. Por otro lado debe tener en cuenta la competencia existente de profesionales y de estudios jurídicos que tienen un prestigio y una cartera de clientes ganada. Hoy debe primar en el entorno profesional la competencia por la calidad en los servicios y no la mercantilista competencia por honorarios profesionales.
– Oratoria, y Relaciones Públicas: En muchos casos será necesaria la participación de estrategias de comunicación para la expresión de las ideas a exponer, por otro lado es necesario tener conceptos básicos de relaciones públicas para el posible trabajo público y/o privado que demande tal característica.
Hemos detallado algunas herramientas útiles que son complementarias unas con otras y que quizás no son las únicas; con el devenir del tiempo y los cambios que se dan en la sociedad, surgirán nuevos roles que cumplir, nuevos retos que superar y quizás debamos obtener nuevas potencialidades y capacidades. Hoy los Abogados estamos llamados a ser eficientes y competitivos si queremos permanecer en el mercado de servicios profesionales. Pero la tarea no recae únicamente en nosotros, se tendrá que hacer un esfuerzo estructural por modernizar y dotar de estas herramientas y conocimientos a nivel de Universidades, Colegios de Abogados, Poderes del Estado, y contar además con un adecuado sistema actualizado de información jurídica, etc.”.
Escrito por:
MARCO MARROQUIN MUÑIZ
http://lawiuris.wordpress.com/
Originalmente publicado el 27 de septiembre de 2012 en mi Página de Facebook:
https://www.facebook.com/notes/abogados-penalistas-en-venezuela/como-ser-un-abogado-eficiente-y-no-fallar-en-el-intento/10151253566577160/
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